Por causas genéticas, muchas personas muestran gran parte de su encía superior cuando sonríen. Es decir, que su proporción con los dientes con respecto a la encía no es la adecuada. Esto puede provocar situaciones incómodas en las personas que padecen esta irregularidad.
Y de eso es precisamente de lo que se encarga de corregir este tratamiento. De reducir la cantidad de encía que se expone al público cuando se sonríe. Y de esta manera para acabar con los complejos e inseguridades que suele causar esta desproporción en quien la padece.