Una mala alimentación, una vida llena de estrés o causas genéticas pueden ser la causa del bruxismo. Es decir, son el motivo por el que se realiza movimiento con la mandíbula de manera involuntaria. Y esto movimiento puede dar lugar a que los dientes choquen los unos con los otros provocando un desgaste en ellos.
Y precisamente para eso para lo que sirve este tratamiento. Para detener este incómodo movimiento involuntario y evitar así el desgaste de las piezas dentales.