Impacto psicológico de la pandemia

Las rutinas son una serie de conductas que nos dan una sensación de control ante un mundo caótico y cambiante. La aparición del  Coronavirus y las medidas que se están instaurando para detener el contagio producen una sacudida, un terremoto en nuestra tranquila y “planificada” vida.

El estrés y la angustia son una moneda corriente cuando surge una pandemia como la que estamos atravesando. El miedo y la sensación de desamparo se disparan como consecuencia del desmantelamiento de nuestras rutinas.

La desorganización de nuestras vidas junto con la incertidumbre generada por la pandemia provoca reacciones de pánico. Las mismas surgen de sobredimensionar la situación de peligro y de infravalorar las herramientas que poseemos para afrontar la nueva situación vital.

Es importante tener criterios para evaluar si las reacciones pueden convertirse en signos de algo más grave. Estos criterios son los siguientes:

  • Un displacer que se traduce en un sufrimiento prolongado o intenso
  • Funcionamiento negativo en los diferentes ámbitos vitales (individual, familiar, académico, laboral o social).
  • Depresión.

Otro aspecto a tener en cuenta es la disminución abrupta de las relaciones sociales debido al confinamiento. Esto repercute en el apoyo afectivo que se obtiene de nuestro entorno cuando sufrimos.

Otro efecto del confinamiento es la imposibilidad de disfrutar del ocio (deporte, cine, conciertos, etc.) que funcionan como atenuadores de la ansiedad.

Se está dando también un trastorno transitorio del sueño a un número alto de la población, incluyendo desde los niños a quienes les cuesta irse a dormir, algunos padecen pesadillas…, pasando por adolescentes, personas adultas y de la tercera edad con insomnio. Frente al insomnio hay que tomar medidas, ya que afecta a nuestro rendimiento, nos cuesta más concentrarnos, hay cambios en el rendimiento laboral y académico… Para ello intentemos mantener una rutina de sueño. Lo ideal es dormir entre 6 y 8 horas los adultos y que este descanso sea reparador.

Algunas recomendaciones durante este periodo:

  • Identificar los pensamientos que nos puedan generar malestar. Pensar constantemente en lo mismo puede hacer que aparezcan o se acentúan síntomas que incrementen nuestro malestar emocional. 
  • Identificar emociones y aceptarlas. Es normal que en este momento sintamos rabia, tristeza, alegría, impotencia, que estemos más sensibles… Nuestras emociones ahora pueden parecerse a una montaña rusa. 
  • Mantener una rutina: Intentemos levantarnos a la misma hora de siempre, ya que posiblemente tengamos que trabajar desde casa (o fuera), ayudar a nuestros hijos en las tareas escolares, cocinar… Y es de vital importancia que nos quede tiempo para nosotros: para leer, para practicar algo de ejercicio físico en casa, para descansar, incluso para no hacer nada. 
  • Cuidar la alimentación: No comer mas de la cuenta, intentar mantener una dieta variada y equilibrada donde esté presente la vitamina C, totalmente necesaria para mantener nuestro sistema inmune en las mejores condiciones. Beber mucha agua, es muy importante que nos hidratemos correctamente e intentar mantener un horario de comidas. 
  • Tomar el sol unos minutos al día: Si tenemos la posibilidad de salir al balcón, salimos unos minutos al día (utilizando la protección solar necesaria), ya que la luz solar aporta las cantidades necesarias de Vitamina D que necesita nuestro cuerpo para un buen funcionamiento. 
  • Dosificar la información: Evitemos la sobre carga de información, ya que si estamos permanentemente conectados puede aumentar un nerviosismo innecesario. Prioricemos fuentes oficiales y no nos dejemos atrapar por noticias negativas y catastrofistas. También es recomendable que nos fijemos un horario para recibir este tipo de información. 
  • Evitar hablar constantemente del coronavirus: y llevar a cabo los hábitos de higiene y prevención recomendados, lavado de manos, mantener distancia de seguridad… 
  • Cuidar de la salud: seguir las medidas de prevención y atender la salud psicológica, para ello es importante que nos dediquemos tiempo. Necesitamos mantener la mente activa, bailar, cantar, reír… El hecho de reírse genera endorfinas, sube el estado de ánimo y aumenta las defensas, necesitamos tener un sistema inmune fuerte.

En Simetrya Clinic estamos muy concienciados con la situación que estamos viviendo, por eso queremos ayudaros en todo lo que podamos. No dudes en contactar con nosotros si nos necesitas.

¿Cómo afecta el frío en nuestra piel?

Sequedad, palidez, envejecimiento prematuro o sabañones son algunas de las consecuencias del frío sobre nuestra piel. En Simetrya Clinic te contamos cómo debes protegerla.

Ahora que las temperaturas comienzan a descender, es importante saber cómo va a afectar el frío a nuestra piel y si podemos cuidarla de tal manera que minimicemos su impacto.

A pesar de las lluvias, de la nieve y del mal tiempo, la humedad relativa del aire suele descender y el ambiente se vuelve más seco. Esto provoca que la epidermis se altere por efecto de la deshidratación. Lo observamos en nuestro rostro, con líneas más marcadas y descamación. Incluso podemos notar cierto picor en zonas acras, como las extremidades (piernas y brazos) y más especialmente en manos y pies.

La capa de la dermis, es la que más se suele perjudicar con estos cambios ya que es la parte más débil. En esta parte casi no hay grasa y cualquier agresión externa va a afectarle más.

Las zonas que son más débiles son más proclives a sufrir rojeces o inflamaciones.

¿Cómo afecta el frío?

El frío adelgaza la capa córnea de la piel y la consecuencia visible es un efecto similar al de la piel seca. Esto es debido a que perdemos células con mayor facilidad, lo que produce escoriación e inflamación por las inclemencias temporales. Además suele ser una época en que bebemos menos líquidos, debido a una menor sensación de sed, y eso provoca un descenso de la hidratación celular. También puede desencadenar patologías como la dermatitis por el efecto de rascado secundario al prurito que genera.

¿Qué podemos hacer?

Abrigo y capas. Para prevenir estas situaciones debemos evitar la exposición prolongada a las bajas temperaturas protegiéndonos con elementos de abrigo, sobre todo, en las zonas más susceptibles de padecer síntomas.

Limpieza. Se deben realizar lavados cortos y no muy intensos. El agua ha de estar siempre templada, para evitar que las oscilaciones de temperatura provoquen arañas vasculares por cambios en el calibre venoso por la vasodilatación. Tras una ducha, por ejemplo, intentaremos secarnos de forma suave y aplicar un productos hidratante para fijar el agua que han recibido los poros abiertos de nuestra piel y conseguir una hidratación más duradera.

Hidratación. El frío provoca indirectamente un aumento de la sequedad de la piel. La capa córnea que nos protege de los cambios de temperatura se debilita y requiere mayor regeneración celular. Por eso se recomienda, dependiendo de nuestra tipología de piel, un mínimo de 2-3 aplicaciones de emolientes hidratantes. Además, necesitaremos productos que contengan nutrientes y vitamina C, y colágeno para ayudar a la regeneración celular de la capa basal de la piel.

Fotoprotección. Aunque creamos que la radiación ultravioleta afecta solo en épocas de sol, se sabe que, precisamente porque nos descuidamos, en invierno el rostro y en especial los labios reciben mayor impacto. Lo notamos, por ejemplo, en quemaduras labiales de primer grado en época de esquí, al reflejar la nieve hasta un 80 por ciento más de radiación que en una exposición habitual.

Manos y Labios. Es muy importante perpetuar la rutina de hidratación en manos y labios. Resulta habitual que, por la desgana de ponernos los guantes, suframos lesiones leves en los dedos provocadas por las bajas temperaturas. Debemos prestar mayor protección a las manos mediante hidratación extra y utilizando emolientes con alto contenido de glicerina y urea, para reducir el efecto pruriginoso que produce la vasoconstricción por el frío.

Protección de la cara, las manos y los pies

Por último, conviene recordar que las zonas corporales más alejadas de los centros vitales son las más afectadas por el frío. Se denominan ‘regiones acras’ y se localizan en nariz, pómulos, orejas y dedos de las manos y de los pies.

Estas regiones anatómicas de nuestro organismo tienen una superficie cutánea extensa y están abundantemente vascularizadas. Para protegerlas de las bajas temperaturas es importante tenerlas aísladas de las inclemencias del tiempo y mantener bien hidratada la piel que las recubre.

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Aumento de mamas

AUMENTO DE MAMAS 

El aumento mamario, técnicamente conocido como mamoplastia de aumento, es un procedimiento quirúrgico para mejorar el tamaño y la forma del pecho de la mujer en las siguientes situaciones: para mejorar la silueta de la mujer que piensa que sus pechos son demasiado pequeños para corregir la reducción del pecho que se produce tras algunos embarazos para corregir una diferencia de tamaño entre ambas mamas como un procedimiento reconstructivo tras cirugía de la mama.
Es posible aumentar el tamaño del pecho una o varias tallas mediante la introducción de una prótesis debajo de la mama. 

¿Quién es el candidato ideal para someterse a un aumento mamario? 

Los candidatos ideales para someterse a una cirugía de mamas son aquellas personas sanas, emocionalmente estables que comprenden los resultados que se pueden obtener tras la cirugía. Muchas mujeres desean un aumento tras un embarazo o una lactancia que ha dejado vacío y caído el pecho. Aunque no existe riego de que el aumento altere futuros embarazos, sí debe saber que las mamas pueden volver a descolgarse algo tras un nuevo embarazo.

Planificación de la cirugía 

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Durante la primera consulta, el cirujano plástico evaluará el tamaño y la forma de las mamas, la firmeza de la piel y su estado general de salud Se realizará además una exploración de mamas y en algunos casos se solicitará un estudio mamográfico. Se le explicarán las distintas técnicas quirúrgicas, se discutirá el tamaño y la forma que tendrán su mamas y las opciones o la combinación de procedimientos que sean mejor para usted. Debe exponer sus expectativas de manera sincera y franca, para que el cirujano plástico sea también franco y le muestre las alternativas disponibles para su problema, con los riesgos y limitaciones de cada una de ellas. También se le explicará cuál es el tipo de anestesia que se empleará, la necesidad o no de ingresar en la clínica donde se realice la cirugía y los costes de la intervención. 

El aumento mamario con fines estéticos no está incluida dentro del catálogo de prestaciones de la Seguridad Social; no obstante, la asimetría mamaria importante y la reconstrucción tras cirugía por tumores de mama sí lo están.
No olvide contar si es fumadora o toma alguna medicación o vitamina, el número de embarazos previos y si piensa volver a quedarse embarazada o dar de mamar. No dude en preguntar cualquier cuestión que se plantee, especialmente aquellas relacionadas con sus expectativas sobre los resultados. 

Preparándose para la cirugía 

Se le darán instrucciones acerca de cómo prepararse para la cirugía, incluyendo normas sobre toma de alimentos y líquidos, tabaco o toma o supresión de medicamentos, vitaminas y suplementos de hierro. En el aumento mamaria no es preciso transfundir sangre durante la cirugía. Asegúrese, además, de que algún familiar o acompañante pueda llevarle a casa cuando se le dé el alta y que, en caso necesario, puedan ayudarle un par de días. 

La cirugía y la anestesia 

La cirugía de mamas se realiza en un quirófano, dentro de una clínica u hospital. Suele ser preciso el ingreso, dándose el alta al día siguiente. La cirugía de aumento mamario se realiza bajo anestesia general, permaneciendo el paciente dormido durante la operación. Algunos casos muy determinados se pueden realizar bajo anestesia local más sedación.
El aumento mamario se realiza a través de una pequeña incisión que se coloca, dependiendo de la anatomía del paciente y de las preferencias de su cirujano plástico, alrededor de la areola, en el surco bajo el pecho o en la axila. La incisión se diseña para que la cicatriz resultante sea casi invisible. A través de esta incisión se levanta el tejido 

mamario, se crea un bolsillo y se coloca la prótesis, directamente debajo del tejido mamario o debajo del músculo pectoral. Se colocan unos tubos de drenaje que se retirarán en unos días y un apósito o un vendaje sobre las mamas. El procedimiento dura entre 1 y 2 horas. 

Después de la cirugía 

Tras la cirugía de mamas es normal encontrarse algo cansada unos días, pero podrá hacer vida casi normal a las 24-48 horas. La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita por su cirujano plástico, aunque las mamas pueden doler un par de semanas. El vendaje o los apósitos serán retirados en unos días, siendo sustituidos por un sujetador especial, que deberá llevar de la manera que le indique su cirujano. Es normal tener una sensación de ardor en los pezones durante las dos primeras semanas. Los puntos se retiran entre los 7 y 14 días; el edema no cede completamente hasta las 3 ó 6 semanas. 

Tras un aumento mamario podrá volver al trabajo en pocos días , dependiendo de la actividad que realice. Siga las instrucciones de su cirujano acerca de qué ejercicios puede 

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realizar; se evitará levantar objetos por encima de la cabeza durante 2 a 3 semanas. Sus mamas estarán más sensibles de lo normal durante 2 a 3 semanas, por lo que puede ser conveniente evitar un contacto físico excesivo hasta las 3 ó 4 semanas. Al principio las cicatrices estarán rosadas, aspecto que mejorará continuamente desde las 6 semanas. Los controles mamográficos apropiados para cada mujer según su edad pueden seguir realizándose, aunque se debe advertir la existencia de la prótesis. La operación no limitará su capacidad para dar de mamar si se queda embarazada. 

¿Existen riesgos? ¿Hay garantías? 

La cirugía de aumento mamario es una técnica segura, siempre y cuando sea realizada por un cirujano plástico cualificado. Sin embargo, como en cualquier operación siempre pueden existir complicaciones y riesgos asociados. En el aumento mamario, la complicación más frecuente es la contractura capsular, que ocurre cuando la cicatriz interna que se forma alrededor del implante se contrae en exceso, haciendo que la mama se vuelva más dura. Puede ser tratada de diversas maneras, requiriendo en ocasiones extirpar dicha cicatriz interna, e incluso, recambiar la prótesis. 

Otra complicación , propia de cualquier cirugía es el hematoma que sólo en casos concretos precisa de una nueva intervención para eliminar la sangre acumulada. Un pequeño porcentaje de mujeres puede tener una infección alrededor de la prótesis, normalmente en las primeras semanas despuésde la cirugía. Algunas mujeres notan los pezones más o menos sensibles, e incluso, sin sensibilidad. Estos cambios suelen ser temporales, aunque en unos pocos casos serán permanentes. No existe evidencia de que las prótesis de mama afecten la fertilidad, el embarazo o la lactancia. 

Es extraordinariamente infrecuente que las prótesis pueden romperse, haciendo que el contenido salga fuera de su cápsula. Cuando la prótesis está rellena de suero, el líquido se reabsorbe rápidamente sin producir ningún daño, disminuyendo la mama de volumen en unas horas. Si está rellena de silicona pueden pasar dos cosas: si la cápsula formada por el organismo no se rompe, no notará ningún cambio; si se ha roto, especialmente cuando ha sido sometida a mucha presión, la silicona sale disminuyendo el volumen de la mama. Con ambos tipos de prótesis será necesario una nueva intervención para reemplazarla. 

No existe evidencia científica probada de que las prótesis provoquen cáncer de mama o enfermedades del tejido conectivo. La colocación de una prótesis no impide la realización de mamografías. 

Los resultados 

Los resultados tras un aumento mamario suelen ser muy gratos para la paciente. Las revisiones periódicas por su cirujano plástico y las mamografías periódicas (si le corresponden por su edad) asegurarán que si hubiese alguna complicación sea detectada a tiempo y solucionada. La decisión de someterse a un aumento mamario es algo muy personal que no todo el mundo tiene porqué entender; si usted está satisfecha, la intervención habrá sido un éxito. 

Cirugía de aumento mamario: resumen 

El único método definitivo para conseguir un aumento del volumen mamario es mediante la implantación de unas 

prótesis mamarias por detrás de la glándula existente. Existen otros métodos que utilizan tejidos del propio cuerpo y que se usan, sobre todo, en Cirugía Reparadora.
El implante mamario puede colocarse detrás de la glándula misma y por delante del músculo pectoral, o bien por detrás de dicho músculo, dependiendo de cada caso concreto. Normalmente la incisión de abordaje para implantar la prótesis está situada en el surco submamario (en algunos casos esta incisión se realiza alrededor de la areola), realizándose la operación bajo anestesia general. 

La prótesis que se utiliza en casi todos los casos es la de membrana de silicona rugosa rellena de gel, que ha conseguido que disminuyese drásticamente la llamada retracción capsular (el pecho se notaba duro, esférico y a veces molesto) a porcentajes inferiores al 2%. Otras posibles complicaciones locales, como hematomas, infección, intolerancia a las suturas, etc., requerirán el tratamiento adecuado, pero tienen una incidencia extremadamente baja.